RESILIENCIA. Aprender para la vida.

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Esta nueva situación de cuarentena y cambios radicales de hábitos y rutinas puede generar estrés, ansiedad e incluso llevarnos al límite de nuestras capacidades. Por ello, fomentar la resiliencia nos permite desarrollarnos a partir de la adversidad. Partir de situaciones negativas para llegar al bienestar y al crecimiento tanto a nivel personal como en la sociedad. El fin es mejorar nuestra autoestima y percepción del mundo, generar una actitud positiva ante lo que ocurre, favorecer la conexión con los demás, dar refuerzo positivo y evitar focalizar continuamente nuestra atención en lo negativo

Intentemos ante todo mantener la mayor serenidad posible, meditar al final del día, mirar a largo plazo y pensar cómo nos gustaría recordar estos momentos dentro de unos años, si queremos vivirlos como una crisis o una oportunidad, y todas las lecciones aprendidas que podemos sacar de esta experiencia que nos toca vivir.

¿Cómo quiero ser durante el covid-19: zona de miedo, zona de aprendizaje y zona de crecimiento 

Párrafos de Rafael Bisquerra, en Resiliencia en tiempos de crisis:

Resilience es una palabra inglesa, de difícil traducción al castellano, que se viene utilizando con creciente profusión. Su significado es algo así como resistencia o elasticidad. Se utiliza en ingeniería para referirse a la resistencia o elasticidad de los metales. 

En su sentido actual, la resiliencia es la capacidad que tiene una persona para enfrentarse con éxito a unas condiciones de vida sumamente adversas (pobreza, guerras, orfandad, crisis, etc.). 

La resiliencia como realidad humana se remonta a los orígenes de la humanidad. Desde los albores de la civilización, la resistencia a la adversidad ha sido un factor que ha impulsado a las personas a seguir adelante a pesar de los obstáculos y dificultades, posibilitando el desarrollo y devenir histórico. 

Los que trabajan con niños saben que algunos tienen resiliencia y otros no. Lo cual ha dado lugar a líneas de investigación sobre la resiliencia infantil y sus repercusiones en la vida adulta. 

La diferencia entre una persona que tiene un alto nivel de tolerancia a la frustración y la que lo tiene bajo puede depender de cómo responde a esta pregunta: ¿lo voy a poder soportar? La persona con un nivel bajo piensa: “Esto no hay quien lo aguante. No lo puedo soportar”. Y se hunde. La persona con un nivel alto piensa: “Esto no me gusta ni lo he buscado. Pero creo que si me lo propongo voy a poder superarlo”. Y encaja el golpe y sigue adelante. 

En tiempos de crisis se impone formar (o entrenar) personas para que sean más resilientes. Lo cual significa educar en competencias emocionales que permitan reconvertir la adversidad en perspectivas de futuro caracterizadas por la esperanza, ilusión, optimismo, compasión y amor, … a pesar de todo. 

Todos a lo largo de nuestra vida pasamos por situaciones que nos generan estrés, ansiedad, que nos llevan al límite de nuestras capacidades, que nos resultan dolorosas…  

Es muy probable que esta cuarentena sea una de estas situaciones; la incertidumbre, el miedo, el desconocimiento, la sobreinformación pueden llegar a generar en nosotros sentimientos de miedo, ansiedad, dolor… que a menudo no sabemos cómo afrontar. Es indudable que no podemos tener el control de todo lo que está ocurriendo, ya que esto terminará desgastándonos y sumiéndonos en la rigidez y la infelicidad. Los eventos suceden, incluso aquellos que consideramos negativos. Pero la decisión de tomarlos como un fracaso o como un reto es solo nuestra. 

Esta cuarentena puede ser una oportunidad para desarrollarnos a partir de la adversidad, convertirnos en personas más resilientes, partir del dolor y el miedo para llegar al bienestar y al crecimiento. 

La resiliencia es la capacidad universal que nos permite desarrollarnos a partir de la adversidad. Parte del dolor para llegar al bienestar y al crecimiento, no solo a nivel personal, sino con impacto en otros y en la sociedad.

Se trata de desarrollar la capacidad de hacer frente a las experiencias traumáticas, e incluso obtener beneficios de ellas, permite sacar lo mejor de uno mismo en los momentos adversos.

No solo tenemos la oportunidad como familias de hacernos más fuertes y superar esta crisis aprendiendo de la experiencia y de la adversidad sino de poder trabajar con nuestros hijos esas emociones negativas para que a partir de ellas puedan desarrollarse como personas más fuertes y aprender a vivir de la mejor manera posible, desde el bienestar a pesar de las adversidades. Es una buena oportunidad para trabajar emociones como la frustración, pérdida, miedo, estrés, rechazo… aprender de estas emociones y que sirva para fortalecer los momentos de éxito, de cooperación, de satisfacción, con el objetivo final de enseñarles a gestionar sus emociones de un modo que puedan sacar beneficio de cualquier situación adversa.  

 

 

Pero, ¿Qué es o qué posee una persona resiliente?

continuación, os dejamos algunas de las características más comunes de las personas que desarrollan y trabajan la resiliencia. 

  •   Tienen capacidad para enfrentar adversidades 
  •  Poseen autocontrol y autonomía  
  • Enfrentan de manera optimista el futuroManifiestan abiertamente sus sentimientos  
  •  Desarrollan y usan su empatía 
  •   Mantienen buen humor  
  •  Son persistentes al fracaso 
  •  Poseen habilidad para manejar de manera constructiva el dolor, el enojo, la frustración y otros aspectos perturbadores 

Para trabajar la resiliencia con los más pequeños de la casa es necesario tener en cuenta cuatro categorías o factores (propuestos en el modelo de Grotberg, 1995):  

Son momentos para fomentar el sentido del humor, la creatividad, la capacidad de juego, las fortalezas de cada uno, el optimismo o la esperanza para crecer y aprender a manejar situaciones límites. La familia y la escuela son lugares ideales para ello. Se trata de dotar a nuestros alumnos e hijos de habilidades que les lleven a adaptarse, recuperarse y acceder a una vida plena y significativa.  

Algunas recomendaciones iniciales para fomentar esta resiliencia son:  

Se trata de que el entorno familiar cercano sea un grupo de apoyo para desarrollar esas fortalezas dentro de la situación negativa que estamos viviendo, cada familia tiene unas circunstancias distintas y unas vivencias distintas de esta situación y, por tanto, podrá desarrollar unos objetivos distintos y fortalezas distintas en función de las vivencias del momento.

Algunos de los objetivos a nivel general que os proponemos son:  

  • Avanzar hacia la independencia y autonomía. Ya os hemos hablado sobre la importancia de aprovechar estos momentos para dejar que los más pequeños sean los protagonistas de sus propios aprendizajes en autonomía y autocuidado
  • Ampliar las posibilidades para conectar y establecer relaciones positivas con su entorno más cercano y seguir manteniendo el contacto a través de las redes de comunicación con sus iguales. Esta red de contacto es un grupo de apoyo para el menor favoreciendo las actitudes positivas ante la adversidad. 
  • Mantener la capacidad de jugar, como método para incrementar la creatividad, activar el positivismo y el sentido del humor. 
  • Educar en el desarrollo del sentido crítico. Es un buen momento para educar en la filtración de la información, distinguir la información veraz y funcional de la sobreinformación y el bombardeo continuo de noticias y contenidos. También es un momento ideal para aprender a reelaborar los discursos negativos intentando sacar algo positivo de toda esta situación negativa.  
  • Enseñar habilidades para la vida, como la solidaridad, cooperación, la importancia de la ayuda a los demás, estrategias de resolución de conflictos y asertividad, habilidades de comunicación... Es inevitable que durante este periodo surjan conflictos; por ello podemos aprovechar estos conflictos para aprender a expresarnos con asertividad, escuchar activamente a los demás y practicar estrategias de resolución de conflictos.  
  • Brindar afecto y apoyo. Esto implica que en estos momentos de adversidad el apoyo y el clima de confianza tienen que ser incondicionales, es importante respetar las emociones de los demás apoyándonos en los más cercanos y compartiendo con ellos nuestras emociones y percepciones. No es necesario que estas emociones o percepciones sean solo referidas a estas circunstancias; nuestros hijos o adolescentes pueden tener otros pensamientos o preocupaciones muy alejadas de esta situación, debemos normalizarlo y darle también el derecho a expresarse sin restarle importancia.  
  • Establecer y transmitir expectativas adecuadas. Las expectativas y los retos son necesarios, siempre adecuados a su nivel. Esto fomenta la capacidad en sí mismos y les permitirá generar confianza.  

¿Cómo trabajamos esto? 

Sabemos de sobra que tanta información abstracta abruma, y que en ocasiones es muy difícil intentar sacar lo positivo de situaciones tan negativas y desconocidas como la actual; por ello os facilitamos algunos recursos sencillos o actividades para realizar en familia con el fin de mejorar nuestras fortalezas y poder salir más fuertes, más flexibles.  Edefinitiva, más resilientes de esta situación 

 

1.Historia de vida. Recoger en un papel momentos de la vida de cada uno en los que hayan tenido dificultad y hayan logrado superarlo. Qué momento fue, qué pensamientos surgieron, cuáles eran los sentimientos ante esta situación, cómo resolvieron esa situación …  

2. Identificar situaciones y las emociones que nos provocan. Una misma situación puede ser interpretada de modo distinto en cada uno de los protagonistas de la misma. Analizando con detalle las circunstancias se comprenderá mejor por qué se siente una emoción concreta. Le podemos pedir a los más pequeños que pongan en común situaciones habituales o actuales y cómo se sienten cuando ocurren. Por ejemplo: 

  • Si ayudas a un compañero me siento…  
  • Cuando ayudo en las tareas de casa me siento…  
  • Cuando no puedo salir de casa me siento… 
  • Cuando jugamos todos juntos me siento…  
  • Cuando hablo con mis amigos me siento…

3.  Identificando nuestras fortalezas. El objetivo es detectar, conocer y entender las fortalezas que están presentes en nosotros, analizar si nos ayudan o si podemos poner en marcha otras… Para ello todos los miembros escribiremos en un post-it nuestras fortalezas haciendo un árbol para ver globalmente las fortalezas de la familia.  

4. Automotivarse:  significa darse ánimos para la realización de tareas de cualquier índole. Estos ánimos deben manifestarse mediante expresiones alusivas a los motivos e intereses que conducen al sujeto a actuar, así como al grado de dificultad o facilidad de las tareas, mostrando entusiasmo para afrontarlas y superarlas como reto personal.  

  • Realizar dos listas, una con actividades que nos gustan y otra con actividades que no, posteriormente combinarlas para que la realización de las tareas que no nos agradan sean más llevaderas.  
  • Otra opción es presentarle al niño una actividad que le suponga un reto o que no le motive y preguntarse cómo la resolvería su personaje de ficción favorito (superhéroe, dibujo animado, personaje de película…) Por ejemplo: Imagina que (personaje elegido) tiene que hacer las tareas de casa y los deberes…. ¿cómo lo haría? 

5. Caricias por escrito. Escoger un listado de cualidades y cada miembro de la familia  otorgará a los otros miembros las cualidades que creen que poseen y el porqué lo cree.

6. Agradecemos.  Cada miembro de la familia elaborará una carta para sí mismo en la que se da las gracias por su actuación durante esta situación. Recogerá todo aquello que cree que hace bien y siente como positivo desde que comenzó la cuarentena y qué cambios ha supuesto en su vida. Se comparte con la familia y se hacen apreciaciones. 

7. Cuentos e historias para trabajar las emociones que favorecen la resiliencia:

  • Las interminables obras de Ratonville 

https://cuentosparadormir.com/infantiles/cuento/las-interminables-obras-de-ratonville 

 

 

  • El niño de las dos caras:  

https://www.vaqueradelespacio.com/2017/05/el-nino-de-las-dos-caras/ 

 

 

  • La historia interminable:

 

  • Corto sobre resiliencia 

  • Ozi aprende a ser resiliente

8. Películas para ver en familia: 

Cómo entrenar a tu dragón HBO 

 

 

 

Rompe Ralph Movistar TV  

 

 

 

Up Netflix 

 

 

 

Brave Disney plus 

 

 

 

Box Trolls 

 

 

 

Kubo y las dos cuerdas mágicas Netflix 

 

 

 

La vida de Pi 

 

 

 

Big Hero 6 Disney Plus 

 

 

 

La Princesita Movistar plus 

 

 

 

Coco Disney Plus

 

 

 

Vivimos tiempos difíciles para centrarnos en las cosas positivas, pero toda crisis trae una oportunidad y es el momento de aprender a sobreponernos a la adversidad y buscar todo lo positivo que existe en las situaciones difíciles. 

Debemos enseñar a los niños y niñas a pensar críticamente, a mejorar y aprender de sus errores, a aceptar sus emociones y saber gestionarlas de un modo funcional aprendiendo de este modo a ser más empáticos y conocer su mundo emocional.

A continuación os dejamos un artículo de conmishijos.com  interesante para explicar la resiliencia desde el núcleo familiar a través de la  fábula  de la recompensa del esfuerzo

“Un hombre encontró un capullo de una mariposa y lo llevó a su casa para observar a la mariposa cuando saliera del capullo.

Un día notó un pequeño orificio en el capullo, y entonces se sentó a observar por varias horas, viendo que la mariposa luchaba por poder salir. El hombre la vio que forcejeaba duramente para poder pasar su cuerpo a través del pequeño agujero, hasta que llegó un momento en el que pareció haber cesado de forcejear, pues aparentemente no progresaba en su intento. Parecía como que se había atascado.

Entonces el hombre, sintiendo lástima, decidió ayudar a la mariposa y con una pequeña tijera corto al lado del agujero para hacerlo más grande, y ahí fue que por fin la mariposa pudo salir del capullo.

Sin embargo, al salir la mariposa tenía el cuerpo muy hinchado y unas alas pequeñas y dobladas.

El hombre continuó observando, pues esperaba que en cualquier instante, las alas se desdoblarían y crecerían lo suficiente para soportar al cuerpo, el cual se contraería al reducir lo hinchado que estaba.

Ninguna de las dos situaciones sucedieron y la mariposa solamente podía arrastrarse en círculos con su cuerpecito hinchado y sus alas dobladas. Jamás logró volar.

Lo que el hombre, en su bondad y apuro, no entendió fue que la restricción de la apertura del capullo y el esfuerzo de la mariposa por salir por el diminuto agujero, eran parte natural del proceso que forzaba fluidos del cuerpo de la mariposa hacia sus alas, para que alcanzasen el tamaño y fortaleza requeridos para volar. Al privar a la mariposa de la lucha, también le fue privado su desarrollo normal.

Moraleja: Si se nos permitiese progresar en todo sin obstáculos, nos convertiríamos en inválidos. No podríamos crecer y ser tan fuertes como podríamos haberlo sido a través del esfuerzo y la constancia.

Cuántas veces hemos querido tomar el camino fácil para salir de dificultades, tomando esas tijeras y recortando el esfuerzo para encontrarnos al final un resultado insatisfactorio, y a veces desastroso.

¡Sí, luchemos y esforcémonos por alcanzar metas!”

Con la enseñanza en la resiliencia no se trata de evitar que los niños caigan, sino de enseñarles a levantarse, y para ello tenemos que confiar en que ellos pueden.

Enseñar a los niños a relativizar y a ver los errores y los contratiempos como una oportunidad para aprender y mejorar les guiará por el camino de la resiliencia, pero no desde la negación de sus emociones, sino desde empatía hacia lo que sienten y su mundo emocional.


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8 comentarios en “RESILIENCIA. Aprender para la vida.”

  1. La resilencia debe de ser parte de todo ser humano, pues sera la energía para levantarnos de los fracasos que uno puede tener y seguir adelantes.

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  2. Todas las personas debemos ser resilientes, capaces de logar un objetivo a pesar de los obstáculos que se presentan en la vida, en este mundo moderno las personas debemos ser investigadores y lograr con éxito los aprendizajes en nuestros estudiantes.

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