El primer día de clase es un momento muy especial para un niño, sobre todo, si lo hace por primera vez o en un centro educativo nuevo. Supone volver a cumplir unos horarios después de más de dos meses de vacaciones; pero también es el momento de encontrarse con los compañeros de clase, conocer a los nuevos profesores y hacer nuevos amigos. Del mismo modo que los adultos sufrimos el llamado ‘síndrome postvacacional’ cuando tenemos que volver al trabajo; para los niños, la vuelta al cole también puede ser una tarea difícil si no se incorporan ciertas rutinas.
Con el comienzo del nuevo curso nos invaden multitud de sentimientos encontrados, la alegría por comenzar una nueva etapa llena de deseos y proyectos para nuestros hijos , la tristeza por el final del verano y del tiempo libre junto a ellos, la incertidumbre por saber cómo aceptarán los cambios .
Todos nos proponemos llevar a cabo una adaptación positiva y rápida, que ayude a grandes y pequeños a ajustarse lo antes posible a los cambios. Os proponemos una serie de consejos para estos primeros días.
1. Ajusta horarios y rutinas. En verano, es normal que los horarios de sueño, de comidas o de juegos sean más flexibles, pero ahora es el momento de volver a regularizarlos. Para ello, unos días antes de la vuelta al cole, es aconsejable empezar a acostarse antes y levantarse más temprano con el objetivo de que los niños se vayan habituando y les sea más fácil. Intenta recuperar las rutinas que tenéis establecidas durante el curso escolar. Un baño relajante antes de una cena ligera y leer un cuento seguro que les ayudará a dormirse antes.
Igual que se establece un presupuesto para intentar dañar lo menos posible el bolsillo, también hay que marcar un calendario de actividades para tu hijo. Sobre todo para cuando esté en casa por la tarde. Aquí deben quedar estipuladas las horas de ocio (jugar en la calle, con amigos, a los videojuegos, etc), merienda, los horarios para hacer los deberes, la hora de la cena y la de irse a la cama.
2. Alimentación y sueño. Además de establecer ciertas rutinas de trabajo, horarios, sueño, actividades….no hemos de olvidar las alimentarias. Dejamos atrás los excesos veraniegos, los helados en la piscina, las chuches de los abuelos o los picoteos en la playa, para recuperar el desayuno acostumbrado, los almuerzos del recreo o las cenas tempranas y ligeras. Es muy importante que los pequeños de la casa adquieran hábitos saludables desde bien temprano, ya que no estamos enfocando el problema como lo que es, y no estamos refiriéndonos al peso sino a su salud, su bienestar a largo plazo, pero también su energía, su calidad de sueño y su rendimiento. En los almuerzos evitaremos la bollería industrial e incluiremos fruta. Así como el descanso nocturno es imprescindible para un buen rendimiento en el aula.
3. Controlar el uso de las pantallas. Es fundamental predicar con el ejemplo, los padres también usamos el teléfono con más frecuencia durante las vacaciones, así que procura aplicarte las mismas normas que a ellos. Prohíbe las pantallas en la mesa. Cuando estamos en chiriguitos, restaurantes, playa… es habitual que le demos los teléfonos y tablets a los peques. Una vez estamos en casa, esto debe acabarse. Lo ideal es que cuando comemos juntos, aprovechemos ese tiempo para charlar y compartir tiempo de calidad en familia.
Con la vuelta a la rutina, hay que limitar su uso. Para ello es fundamental hablar previamente con ellos y explicarles que no pueden estar con el móvil o tablet a la hora del estudio, o a la hora de comer o cuando se van a la cama. Hay que hablarlo y limitarlo. Nunca retirar los dispositivos de manera brusca y sin avisar porque la reacción va a ser violenta.
4. Proponer nuevas metas y objetivos
Para los niños existen muchas cosas negativas al empezar las clases, se acaba el verano, empieza el frío, hay que madrugar, no vemos tanto a nuestros amigos y… ¡no hay piscina! Por todas estas razones es bueno que reforcemos las cosas buenas de empezar el cole. “Te estas haciendo mayor”, “vas a aprender mucho”, “vas a hacer nuevos amigos” o “vas a empezar tu deporte favorito” son algunas de las frases que reforzarán las cosas buenas de volver a clases y llenarán de energía a nuestros niños para empezar este nuevo curso.
El comienzo del año escolar es un buen momento para ponernos nuevas metas y objetivos a cumplir durante este curso. Establecer objetivos como empezar una nueva actividad extraescolar o incluso aprender inglés puede ser muy motivador para que nuestros hijos comiencen las clases con energía. Pero no sobrecarguemos a los niños con mil actividades extraescolares en las que tengan que continuar sentados. Vamos a darle movimiento, expresión y libertad.
5. Preparar juntos el material escolar. Es bueno e importante que siempre que sea posible los niños participen en la compra y en la elección de la ropa y los materiales escolares para la vuelta al cole. Estrenar materiales es una de las cosas que más ilusión hace a los niños en su vuelta a la escuela y por ello, es bueno que ellos participen para que estén deseando estrenar sus nuevos bolígrafos y pinturas, elegir la mochila que más le gusta, forrar juntos los libros, etc. Esta es una forma de que ellos vayan tomando contacto con esta nueva etapa que están a punto de comenzar.
6. Motivar e ilusionar.
Debemos tener en cuenta, que el comienzo de un nuevo curso es un cambio importante para nuestros hijos. Por ello, debemos hablar con ellos sobre los beneficios de volver al colegio, motivarles y escuchar sus miedos o dudas. Los niños tienen una gran capacidad para adaptarse a cualquier situación, pero siempre es bueno explicarles el motivo de los cambios para que puedan entenderlo mejor.
7.Tiempo de calidad.
Dedícale tiempo a tu hijo en la vuelta al cole. Hoy en día nuestra jornada laboral es extensa, en ocasiones, no nos permite acompañarle en la entrada ni recogerle en la salida. Los padres son una figura esencial de acompañamiento. En la medida de lo posible intentad ajustar los horarios para compartir estos momentos con el niño, al menos en el período de adaptación. No obstante, aumentar el tiempo en exclusiva que pasamos con él al acabar las clases es esencial. En exclusiva, dedicados totalmente a disfrutar juntos (no teléfono, no trabajo, no interrupciones)
8..Paciencia. Los cambios generan en nosotros incertidumbre y nervios, la clave fundamental es la paciencia. Al comienzo puede estar más retraído en sus relaciones sociales o mostrarse más tímido que de costumbre. Cuando el sentimiento de seguridad y control se vaya asentando todo irá normalizándose. Si nos mostramos temerosos o inseguros le transmitiremos ese sentimiento de manera inconsciente. Crear una expectativa positiva de todo el proceso nos llevará a afrontarlo de esta forma y, lo mejor de todo, haremos que nuestros hijos aprendan a verlo así.
Cada experiencia de adaptación, como cada niño, es diferente. Démosle el tiempo que necesite para lograr desenvolverse con normalidad y hacer suyo el nuevo espacio, su nuevo ambiente, para hacerlo seguro y enriquecedor.
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